Nació en Gran Bretaña, de las costumbres de decorar las casas de campo con cortinas gastadas y muebles reutilizados, pintados una y otra vez.
Hoy en día se utiliza este concepto combinado con elementos de otros estilos para lograr ambientes más modernos y dinámicos.
El color blanco es siempre protagonista, dejando lugar a las texturas y tramas orgánicas y producto del trabajo artesanal. La paleta de color siempre abarca tonos pálidos y transparentes.
Se utiliza la técnica del decapado para generar el efecto del desgastado en muebles y el patinado para añejar objetos, marcos y esculturas.
El estilo se adapta a formas más barrocas, románticas o con elementos orientales, o con un toque Hippie Chic. También pueden conjugarse elementos que den como resultado un espacio más minimalista con detalles Shabby, como flores, caireles, frascos o botellas de vidrio reutilizados. Nuevamente el espacio expresa nuestra individualidad. Existen colores, objetos y formas cuya combinación es única como nuestra esencia.
Querés saber más? Mirá nuestra nota sobre el estilo Hippie Chic
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